sábado, abril 16, 2016

Rodolfo Serrano

Consulta médica
A veces se me olvidan medicinas y males,
los pequeños milagros que sostienen
este cuerpo cansado y derrotado y sin remedio.
La tensión, los índices del LDL, el ácido
acetilsalicílico que me limpia las venas.

Son esas cosas que hacen de la vida
una pastilla a tomar después del desayuno
y que van bien cubiertas de película
protectora para que nunca puedan
borrar el dulce roce de tus labios.
Sin embargo,
y, aunque sé que todo está inventado,
echo en falta en muchas ocasiones
la pastilla que pueda
ayudarme en la cura de otros males:
tu sonrisa de entonces, las palabras
apenas susurradas en mi boca,
el deseo de verte que no ceja
o esa desesperación de no tenerte.
Algunos días,cuando salgo
del médico
y descubro tu nombre que se esconde
en los picos del electrocardiograma,
desearía que algún sabio descubriera
la píldora bendita
que me ayudara a olvidarte y me curara
de la nostalgia de ti al despertarme.


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