Rosendo somos todos
El músico, que ha anunciado su retirada, ha radiografiado a la sociedad española con ojo combativo e ingenioso
Pocas experiencias más inolvidables en un concierto que el día que oí a toda una sala llamar “feo” al cantante. Era un grito a pulmón abierto, con brío, cantado al unísono por cientos de personas. El susodicho sonreía con mueca cómplice y soltó una de las suyas: “Muy agradecido, señorías”. Era Rosendo Mercado.
Rosendo solo hay uno. Un músico hecho a sí mismo, un ejemplo de independencia y actitud en este mundo de la música española donde, como norma, predominan los intereses comerciales, el postureo y las ganas de ser famoso. En el caso de Rosendo, nada ha importado más en su carrera que su fidelidad a su visión crítica y sarcástica de la realidad y, por consiguiente, a su público, formado principalmente por rockeros de vieja guardia criados bajo el credo de unos buenos guitarrazos eléctricos. Nota aquí.
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