domingo, febrero 03, 2019

Rafa Mora

DEFENDER LA POESÍA
Defender la poesía.
Como la alegría que sugiere el poeta.
Defenderla del gurú.
Del extremista rancio.
Defender la poesía de la beligerancia intolerante.
Del temor hacia nuevas formas.
Hacia nuevas voces.
Rescatarla del pecado editorial.
Del cheque antológico.
Del postureo intelectualoide.
Del premio anticipado.
Defender la poesía de las sectas poéticas.
De la misoginia. De mesías con pañuelos.
Defender la poesía.
Una y otra vez. A dentelladas.
Con conocimiento. Con criterio. Con respeto.
Salvarla de codazos, puñaladas, fariseísmos y egosincrasias.
Defenderla del academicidio.
Defenderla de l@s poetas.
Defenderla en las trincheras de la lectura.
Devolverla a su origen. A la tierra. A la emoción. Al íntimo reducto.
Defenderla de dioses y títeres.
De prejuicios y géneros.
De carne de institución.
Defender la poesía,
incluso de ella misma para sentirla libre.
Defender la poesía,
y no traicionarla por un verso de amor.

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