domingo, septiembre 04, 2022

Luis García Montero

 El duelo de Luis García Montero por Almudena Grandes en verso: “No me quejo de verte morir entre mis brazos”

El autor saca a la luz los poemas que escribió durante los últimos meses de vida de su esposa. Entre la serenidad y la ausencia, nos recibe en su casa de Malasaña para hablar de ‘Un año y tres meses’.

“No pensé nunca que Almudena fuera a morir antes que yo…”. Luis García Montero confiesa su asombro ante las imprevisiones sin que en su voz uno advierta reproches. Solo una cuestión biológica. Ella era más joven. No mucho, solo dos años separaban al poeta, que hoy tiene 63, de su esposa, que murió con 61. Pero lo suficiente como para que, si se atenían a las cuentas, él se iría primero.

Lo que sí sabía era que la muerte de su mujer no le iba a provocar un terremoto metafísico. “No soy creyente y me siento incapaz de consolarme con un más allá”, asegura. También que la vida se juega en el terreno de la realidad y que después, sobre ese minifundio de la desolación, queda la memoria. “Para mí, la muerte, más que una cuestión sobrenatural, se parece a un animal doméstico. Como el perro de mi hijo. Algo ajeno con lo que aprendes a convivir y se hace parte de tu vida cotidiana”.

El estoicismo como elección consciente puede ser un arma de consuelo. Pero en el caso de García Montero, hay más. La poesía. Es decir, el cuajo de su propia identidad: su salvavidas. Un equivalente en aquellos a quienes engancha la corriente del vacío a una vitrina de ansiolíticos. A ella se aferró cuando diagnosticaron el cáncer que se llevó a Almudena Grandes y es lo que ha dado lugar a un nuevo poemario. Lo ha compuesto en pleno proceso de dolor desde que escuchó el veredicto de los médicos hasta su viudedad (en noviembre del año pasado). Se titula Un año y tres meses (Tusquets) y es un diario doliente que oscila entre la seca luz alumbrada a base de ciertos atisbos de esperanza y el pozo sin fondo, pero sereno, de una nueva y corriente soledad. Nota aquí.



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