martes, septiembre 27, 2022

Rodolfo Serrano

 Ahora

Ahora que no añoro ni el tiempo ni la gloria
y las noches son suaves como un bar por la tarde,
ahora que no tengo ni amantes ni siquiera
me matan los recuerdos de los días felices.
Ahora, cuando busco en todos mis bolsillos
aquel pañuelo blanco que me dio una muchacha,
y bebo siempre a solas y a solas me paseo
por calles y por plazas que ya no reconozco.
Cuando el nombre de todas las mujeres amadas
son aquel mismo nombre que sólo pronunciamos
en esa soledad que tienen los moteles,
cuando suena, lejano, un rumor de autopista.
Ahora que las horas pararon los relojes
y viene el calendario, nos abre los balcones
y yo escribo algún verso mientras sueñas al lado
y en la tele se anuncian la ruina y el desastre.
Ahora que el invierno, tan seco, tarda y viene
como un perro sin amo, cansado y solitario.
Ahora que la vida se viste a medias luces
y nos encuentra siempre insomnes en el lecho.
En nuestra piel marchita está el futuro escrito.
Y el pasado es un pájaro que vuela en el otoño.
El frío de estos días es la dulce añoranza
de un tiempo en el que fuimos los reyes de la casa.
(Y nadie va a vencernos en la dulce derrota
que besa nuestra carne y nos hace inmortales).
Foto de Raul Cancio.



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