sábado, agosto 12, 2023

Natalia Lafourcade

 Natalia Lafourcade en vivo, exorcismo de canciones

Frente a un Arena repleto, la cantante y compositora presentó completo su disco "De todas las flores" antes de hacer un recorrido integral de su obra y hasta animarse al tango.

En la mitad del concierto, Natalia Lafourcade se dejó caer en el escenario y empezó a luchar/danzar con su largo vestido negro hasta lograr desprenderse de una parte de él. Fue casi un acto de exorcismo o psicomagia. Era el final de “Muerte”, la última canción de su nuevo disco, De todas las flores (2022), un trabajo íntimo, profundo y sofisticado que da cuenta de su maduración como intérprete y compositora. “Después de morir mi guerra / hoy renazco agradecida”, cantó la artista mexicana en ese acto de liberación y aceptación de la muerte. De esos temas habla el disco: la vida y la muerte, el autoconocimiento, el amor propio, las raíces, la memoria, la espiritualidad y la sabiduría de la naturaliza.

Frente a un Movistar Arena colmado, Lafourcade se dio el permiso de interpretar junto a su banda todas las canciones del disco nuevo, en el orden original y con los arreglos fieles al sonido del álbum. El concierto comenzó con la voz de la chamana y curandera mazateca María Sabina, fallecida en 1985. “Cúrate mijita, con la luz del sol y los rayos de la luna”, se podía oír a la anciana que aparecía en una pantalla gigante trabajando con su telar. Esa imagen simbólica eligió Lafourcade para iniciar su concierto y tocar con su guitarra criolla “Vine solita”. Con su amplio y ondulado vestido, la mexicana permaneció sentada con un velador a su lado y una concentración envidiable hasta culminar las doce canciones del disco –aunque, sí, faltó “Que te vaya bonito Nicolás”, dedicada a su sobrino-.

En tanto, su banda ganaba de a poco protagonismo y se sumaba con sutileza en cada canción. Pero todo era un plan íntimo, austero y de absoluta calma. En “Pasan los días” o “Pajarito colibrí”, por caso, se logró la mayor conexión con el silencio. En la pantalla gigante, ella jugaba con una cabeza de un maniquí –como en la tapa del álbum- o se sucedían imágenes de montañas imponentes y nubes revoltosas. Todo un desafío para el público, tal vez. De hecho, Lafourcade saludó y regaló unas palabras recién en la quinta canción. "Muchas gracias, buenas noches”, dijo antes de “El lugar correcto", una canción más colorida y con un swing comandado por el pianista Emiliano Dorantes. Nota aquí.



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