domingo, junio 16, 2024

Babasónicos

 Babasónicos encarnó una vez más el riesgo de la novedad

En la primera de sus dos fechas en el estadio cubierto de Villa Crespo, el grupo logró que el desconcierto fuera la constante.

Adrián Dárgelos tomó rápidamente control de la situación en el show.. Imagen: Martín Bonetto

Babasónicos regresó en la noche del viernes al Movistar Arena. Se trató además de su primera actuación en Buenos Aires en lo que va de 2024, luego del memorable show que protagonizara en el Campo Argentino de Polo en diciembre pasado. Si bien a principios de este año aún se percibían las secuelas de ese sopapo de modernidad, en abril la comunión cobró tintes épicos después de que el gobierno porteño prohibiera los recitales tanto ahí como en el Hipódromo de Palermo. Ese hecho terminó por transformar a aquel show, al menos durante lo que resta de esta administración porteña, en el último ensalzamiento al rock que se organizó en ese predio (en realidad, de la música argentina en general, porque fue Luis Miguel quien se encargó de cerrar la puerta con llave).

Si en aquella ocasión la puesta en escena giró en torno a un inmenso triángulo equilátero que se erigió como puerta de entrada y salida del multiverso conceptual en el que se suele mover la banda, la propuesta no consiguió trascender del todo hacia las 55 mil personas que asistieron. Y fue más allá de lo propiamente estético, y con ese anochecer (al aire libre) fastidiosamente caluroso tornándose en una especie de pared infranqueable. Fue por eso que el peso de lo inmaterial lo abrazaron las canciones, metamorfosis invocada por un frontman iluminado que particularmente en esa fecha se desdobló en chamán, apelando por lo real maravilloso. De eso dejó constancia el documental El abstracto de la música, estrenado en mayo pasado. Nota.aquí.





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