Sueño a la Deriva
Soltaste la cometa para que flotara en lava,
Nos hizo el último regalo de su liberación:
Un incendio en el celaje que tiznó nuestros rostros de naranja.
Me llevó a otra estancia,
Un viejo almacén de pupitres,
De relojes rotos, y de carpetas rancias,
Yo era el bedel y cobraba en mandolinas,
Violines y cuerdas de guitarras.
Fui músico y armador,
De papel hice canciones y fragatas.
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