jueves, febrero 20, 2025

Bar Comet

 Cafetines de Buenos Aires: el mítico bar donde las estrellas de la antigua Rock&Pop se codeaban con falsos aduaneros

En las mesas del Comet, que está situado en la esquina de las avenidas Belgrano y Paseo Colón, Elizabeth Vernaci, Mario Pergolini, Lalo Mir y otros de los que hicieron grande a la FM fundada por Daniel Grinbank, se reunían antes o después de sus programas. A su lado se tejían historias-no siempre verdaderas- relacionadas con los entes estatales que están cerca del bar.

Existe una tipología de cafetín en Buenos Aires que en las pasadas décadas de los ‘60 y ‘70 vino a reemplazar las tradicionales aberturas de madera o hierro por la más moderna carpintería de aluminio. En la City financiera porteña se expandieron con gran éxito. Además de ese metal, las vidrieras de esos cafés y bares se cubrían de adhesivos de compañías de tickets de comida. Esa modalidad de consumo fue el recurso que las empresas encontraron para correr detrás de las altas tasas de inflación de los años 80 y poder aumentarle el sueldo a sus empleados sin que el alza se traslade a mayores aportes patronales. Al momento de almorzar la masa asalariada salía a la calle con sus billeteras rebosantes de papelitos de colores para canjear por comida. La gastronomía crecía como negocio y los bares se reproducían con números romanos. Algunas de los cafés y bares más conocidos fueron los Rialto, Re dei vini y Villadiz. El Villadiz III es un notable caso de resiliencia que sigue funcionando en Maipú 679. Algo más alejados del Centro aún sobreviven auténticas gemas exponentes de este estilo. Por ejemplo: el Histórico Bar, situado en Diagonal Julio Argentino Roca 620 y el San Martín, ubicado en Paraguay y Azcuénaga.

Hoy vengo a hablar de otro ejemplo de este prototipo: el Bar Comet, que está en la esquina donde se cruzan las avenidas Belgrano y Paseo Colón. Al mando del Comet está Pedro Silva, correntino de Empedrado, arribado a Buenos Aires en el año 1982 en el que fue su primer viaje en cualquier tipo de transporte que, en ese caso, incluyó colectivo y tren. Con extrema precisión, no exenta de indisimulado orgullo, me informó que su primer día de trabajo en el bar fue el 26 de agosto de 1986. Los años previos vividos en la ciudad trabajó en una pizzería de Lope de Vega y General Paz. Ganaba, por entonces, 15 pesos mensuales. Con su nuevo empleo en el Comet pegó el salto, pasó a ganar 33 pesos por mes. Y en blanco. De qué moneda estamos hablando se las debo.

Los actuales dueños del Comet, de origen gallego, se hicieron cargo del bar en el año 1975. Se conoce que ya funcionaba un bar en la esquina, pero no pude obtener más datos. El lógico transcurso de la vida llevó a que, con el paso del tiempo, delegaran en Pedro la gestión diaria del negocio. Según este afable correntino, el nombre Comet distingue a una antigua empresa de aviación española. Infiero, por lo tanto, que habrá sido la compañía cuyo avión trajo al país a los dueños del bar. Algo similar sucede con el nombre del café bar Plus Ultra, de Lavalle y Reconquista, hecho que será contado en un futuro no muy lejano. A mí siempre me resultó más atractivo relacionar la palabra “comet” con una práctica ilícita utilizada con cierta frecuencia —dato genético porteño adquirido desde la mismísima Segunda Fundación de Juan de Garay—, en el edificio de la vecina Aduana, que está ubicado en Belgrano y Azopardo. Pero no me hagan caso, “son cosas mías”, como decía Miguel Abuelo. Nota aquí.





0 comentarios: