lunes, febrero 17, 2025

Cosquín Rock

 Cosquín Rock 25, Día 1: cómo espantar a la lluvia

El inicio de la primera jornada hizo temer por un festejo pasado por agua, pero la música obró su magia. Y el festival dejó la primera serie de momentos para el recuerdo.

Faltaban quince minutos para que Santi Celli diera el puntapié inicial en el escenario Norte, y el cielo se encargó de voltear toda esperanza con una descarga cerrada de agua. Si la lluvia ha sido habitual coprotagonista de la larga historia de Cosquín Rock, la edición 25º aniversario no iba a ser inmune. Pero poco le importó a la primera andanada de asistentes recibidos por el mismo José Palazzo en el acceso, premiándolos con camisetas por su condición de pájaros tempraneros. Poco después, esa misma gente ejecutaba sus primeras danzas bajo la lluvia. Y así el gran encuentro en el Aerodrómo Santa María de Punilla ofreció de entrada la cuota épica de todo festival que se precie. Sobre todo en una edición especial, la vigésimo cuarta que por cuestiones pandémicas marca los 25 años de vida.

En el extremo opuesto del predio se encontraba el escenario Sur, otro de los seis erigidos en esta versión de la cita musical cordobesa. Ahí el grupo Ryan, en su debut en la grilla, confirmó su chapa de sensación del nuevo under argentino con un show volátil que tuvo como corolario a Javier Milei y Donald Trump besándose en las pantallas (emulando el beso comunista entre Leonid Brezhnev y Erick Honecker inmortalizado en el Muro de Berlín), mientras tocaba su tema “El beso más famoso del mundo". “Lo hicimos porque estamos muy molestos con lo que viene diciendo el presidente en las últimas semanas”, les dijeron los músicos a este diario apenas bajaron de escena. Convirtiendo al evento, al igual que el año pasado, en tribuna política.

Acto seguido, se produjo el retorno de Jóvenes Pordioseros al festival, y lo hicieron con un set que incluyó una gran revisita a “Ñam fri frufi fali fru", himno ricotero en el que el frontman Toti Iglesias llevaba ataviada la bandera argentina tal cual superhéroe. La fecha del sábado también significó el reencuentro con el Valle de Punilla de Cruzando el Charco, grupo que desenvainó en el escenario Montaña un caleidoscopio de hits entre los que destacaron el reggae “Lo nuestro tiene magia” y la intimista “Volver a nacer”. Previamente, por ese tablado pasó el dúo El Zar, que aprovechó la vuelta del sol para despachar su pop veraniego. 

El auténtico pop para las masas asomó en el Norte: cuando Hilda Lizarazu ganó las tablas, los brazos que se elevaban en el estribillo de “Necesito tu amor” saludaban a ese sol que ya rajaba las piedras y levantaba un calor húmedo que desafiaba hasta a los más audaces. Pero claro, lo de Hilda era una oferta que no podía fallar: obras maestras de Charly García en una voz que las conoce a fondo, y mantiene su aura magnetizadora de almas. La arenga general de “Nos siguen pegando abajo” (con reclamo de "Aguante Milo J!" incluido), el groove de "Fanky", el delicioso dueto de Hilda y su hija Mia en "Buscando un símbolo de paz" y las emocionantes versiones de "Seminare" y "Rasguña las piedras" -coreadas hasta la afonía por la multitud- colorearon uno de los puntos más altos de la primera jornada. Nota aquí.









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