FOTOGRAFÍAS
En mi mano vacía,
habita el hueco indeleble de los paseos contigo.
Toda la luz de una tarde
Las miro,
como quien observa el mar.
En ellas respira la felicidad de los amaneceres,
el aroma de la vida impregnándose en nosotros.
-No somos ya lo que nos falta -
te susurro al oido.
Y tus ojos brillantes sonríen cuando acontece la noche
y regresamos despacio al calor de la boca,
por las calles estrechas de la ciudad del norte.
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