sábado, noviembre 15, 2025

Dani Martín

 Dani Martín en Madrid: tanto en sus fortalezas como en sus debilidades, un ‘crack’

El músico triunfa con un repertorio basado en El Canto del Loco en el primer concierto de los diez que ofrecerá en Movistar Arena.

Antes de empezar el concierto, Dani Martín publicó en sus cuentas de redes sociales un largo texto del que extractamos esto: “No soy una patata frita, así que es imposible gustar a todo el mundo. Me ha costado mucho trabajo personal entender eso. El Canto del Loco y yo: eso es lo que soy, esas canciones, ese discurso, ese respeto a mí mismo y a estos 25 años juntos”. Esta reflexión define en buena medida lo que fue su recital de anoche: un repaso por la historia musical y vital de este chico (siempre lo parece a pesar de sus 48 años) noblote y con carencias musicales que quedan mitigadas por el abrasivo candor que desprende, por la contagiosa pasión que transmite, por su discurso sin filtros, por saber llegar a la gente con ideas básicas, por asumir sus defectos con deportividad y por no presumir de sus fortalezas.

Cumplió el cantante la primera de sus diez noches en Movistar Arena (Madrid). En efecto, una decena de conciertos entre noviembre y diciembre, algo que nunca realizó un artista en el pabellón madrileño. Joaquín Sabina también suma diez fechas en el mismo recinto este año, pero en más periodo de tiempo, siete meses. Martín anunció los recitales hace un año, cuando todavía se llamaba el local WiZink Center, y los boletos volaron en unas horas. 170.000 entradas, a 17.000 por velada, unos tíckets a 39 euros el más económico. Un mérito incontestable del artista de Alalpardo, que ha llamado a la gira 25 p*t*s años, y los asteriscos los pone él, no nosotros. Celebra un cuarto de siglo en la música, porque todo empezó para él con el primer disco de El Canto del Loco allá por el año 2000.

Le echó valor Martín desde el inicio. Todavía sin el grupo ni él en el escenario, se apagaron las luces y sonó una de las canciones más conmovedores de la historia, por muy escuchada que la tengamos, Imagine, de John Lennon. La letra se mostró en el vídeo principal para que la gente cantará y se abrazará. Qué hacer después de arrancar con el himno de los himnos. Pues tocar Zapatillas, claro. ¿Y luego? Volverá. ¿Y más tarde? Besos. Todo temas de El Canto del Loco. Osado es poco para calificar este arranque después de escuchar la voz y el piano de Lennon. El repertorio lo construyó el madrileño en un 70 por ciento con temas de El Canto del Loco, un espectáculo diseñado para hundir sin miramientos la cabeza en nostalgia, para felicidad de una concurrencia de varias generaciones, con madres y padres con sus hijas, grupos de jovencitas y jovencitos y muchos cuarentañeros.

Lo que pasa con el cancionero de su exgrupo es que se corea casi sin querer, porque aunque se lleve 20 años sin escuchar, surge de la cavidad craneal donde pone El Canto del Loco y los temas dicen con amabilidad: hola, hemos vuelto. Y los entonas, porque hubo unos años en los que las composiciones de esta banda sonaron por absolutamente todos los rincones. Con este triunfador guion, lo único que faltaba era que el protagonista se comportase como Dani Martín. Y lo hizo. Mostró su habitual y desaliñado estilo tosco, llenó el concierto de eufóricos “arriba las palmas”, con la variante “arriba las putas manos”, y dejó alguna atropellada indicación: “Bienvenidos a un lugar seguro, aquí nadie juzga a nadie”. Es lo que se espera de él: un tipo que se sube a una tarima, mueve los brazos y 17.000 personas le imitan. O lo tienes o dedícate a otra cosa. Nota aquí.






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