viernes, noviembre 14, 2025

Rodolfo Serrano

 Eterno

Escucha, viejo amigo,
la vida es larga y fiera
y el mundo es una fruta
que hay que comer deprisa,
cuando los años tienen
ese sabor del vino
que emborracha las almas
y nos calienta el pecho.
No hay juventud eterna,
pero el tiempo es eterno
cuando la sangre corre
por arterias y abre
los caminos cerrados
y el presente y el verbo.
Y ya es futuro todo,
todo es ya tierra nueva.
Por eso, amigo mío,
ahora que está la sombra
esperando en la puerta
y la vida es pequeña
y nos cierra, despacio,
los caminos del día,
es momento, quizás,
para abrir las ventanas.
Detenerme, tal vez,
y ganarle a la vida
la jugada más última,
la pequeña victoria
entre tanta derrota,
y recordar, entonces,
el instante en que alguien
me hizo eterno en sus brazos.
Foto de Raul Cancio.



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