Lleva aires de optimismo a La Unión
La ortodoxia del festival obligó a la cantante a actuar sentada.
Siete años después, una ya no tan Niña Pastori regresaba al escenario del Festival del Cante de Las Minas. Dueña de sí misma, como primera medida, mandó retirar todas las sillas del antiguo mercado público de La Unión -sede del prestigioso certamen, que este año cumple la 49ª edición- y con ese simple gesto logró que el panorama cambiara por completo. El espacio se convirtió en una especie de discoteca veraniega, abarrotada de un público joven, diferente del habitual del festival. El ambiente, festivo e impaciente: "¡Queremos Niña, queremos Niña!", reclamaba el respetable nada más cumplirse la hora prevista para el comienzo del festival flamenco. Leer nota.
La ortodoxia del festival obligó a la cantante a actuar sentada.
Siete años después, una ya no tan Niña Pastori regresaba al escenario del Festival del Cante de Las Minas. Dueña de sí misma, como primera medida, mandó retirar todas las sillas del antiguo mercado público de La Unión -sede del prestigioso certamen, que este año cumple la 49ª edición- y con ese simple gesto logró que el panorama cambiara por completo. El espacio se convirtió en una especie de discoteca veraniega, abarrotada de un público joven, diferente del habitual del festival. El ambiente, festivo e impaciente: "¡Queremos Niña, queremos Niña!", reclamaba el respetable nada más cumplirse la hora prevista para el comienzo del festival flamenco. Leer nota.
0 comentarios:
Publicar un comentario