¡Así sí, muchachos!
Nos levantamos del sillón muy conformes. Vimos goles. Eso es lo que vale. Esta vez los argentinos nos dieron esa satisfacción. Jugaron bien, a la criolla, como antes, y los coreanos jugaron en japonés. Se enredaron, corrieron, sí, con toda el alma, pero nuestros muchachos les pasaron por arriba. Faltó la Bruja, pero con la Pulga –que es una garantía en todo momento–, con el Gringo, el Galgo, la Fiera, el Pipa y el resto cada vez mejor. Ni Chung Chung ni Ki Khun (o algo así como King Kong) pudieron hacer nada. Nota completa aquí.
Nos levantamos del sillón muy conformes. Vimos goles. Eso es lo que vale. Esta vez los argentinos nos dieron esa satisfacción. Jugaron bien, a la criolla, como antes, y los coreanos jugaron en japonés. Se enredaron, corrieron, sí, con toda el alma, pero nuestros muchachos les pasaron por arriba. Faltó la Bruja, pero con la Pulga –que es una garantía en todo momento–, con el Gringo, el Galgo, la Fiera, el Pipa y el resto cada vez mejor. Ni Chung Chung ni Ki Khun (o algo así como King Kong) pudieron hacer nada. Nota completa aquí.
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