Pedro Pastor y su coctelera de sensibilidades.
Desde que estoy en esto de la música, y más en concreto, de la "canción de autor" –y de esto hace ya más de cuarenta años– siempre me ha producido una gran emoción, y me ha entusiasmado, participar del "rito de iniciación" experimentado por un joven creador cuando toma la decisión de echarse a cantar y de aventurarse en el cada vez menos fácil tarea de convertirse –como dice Miguel Ángel Morelli– en "cantor de oficio". Esa emoción y ese entusiasmo se me multiplican cuando el "cantor naciente" tiene y promete calidad; y, sobre todo, cuando surge con planteamientos y creaciones musicales y poéticas originales, renovadoras y de ruptura...; es decir, cuando ha sido capaz de crearse su propio lenguaje; y, cuando promete un futuro novedoso; un universo sonoro y personal que él mismo se ha creado y que promete llegar a ser sorprendente. Crónica completa aquí.
sábado, noviembre 05, 2011
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