martes, noviembre 08, 2016

Andrés Suárez

 Y se rindió el Palacio

“No solo reivindicaba su sitio. Reivindicaba el lugar que la música siempre debió tener, más allá del espectáculo, de los neones y la tecnología que convierte cualquier cosa en algo audible. La música creada con compromiso, el oficio del buen cantante”

El primer viernes de noviembre reunía todas las condiciones para convertirse en una prueba de fuego para Andrés Suárez. Después de una larga gira, de salas habituales que le enfrentaban a un número cada vez mayor de seguidores, el músico decidió poner el punto final a “Mi pequeña historia” en Madrid, en el Palacio de los Deportes, y con casi todas las entradas vendidas. Poco antes de empezar el concierto, recorre los pasillos del Palacio Julián, alma de Libertad 8, dueño del mítico rincón musical de la capital. Y es inevitable pensar que solo el tenderete que vende camisetas a pie de pista tiene casi la misma extensión de ese pequeño lugar que tantas veces vio cantar y soñar en voz alta al compositor que vino de Pantín. La ocasión daba pie a que el cantante se vistiera de estrella, se dejara llevar por el ambiente y adoptara la pose de otros que llenan repetidamente el lugar para reafirmar sus pasos. Pero por suerte las botas que pisaron el BarclayCard Center fueron las mismas que han pisado los últimos años Galileo o el mismo Libertad, y aunque no fue un concierto perfecto, sí lo fue memorable. Nota aquí.


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