En la Argentina no hay hechos, sino sólo discursos
Es 18 de enero en Buenos Aires y en Barcelona, pero aquí florece la tarde y allá el invierno la apaga. Dos timbres de llamada después, Martín Caparrós atiende su celular: “Diga”. Será una entrevista a ciegas, así que él podría estar sentado o de pie, mirando quién sabe dónde o sosteniéndose el mentón con una mano o... Vestido de negro o en pijamas, la libretita de los apuntes sobre el escritorio o guardada en el bolsillo trasero izquierdo del pantalón o… Entre las pocas certezas, estas: la estación del año, la diferencia horaria y los kilómetros que lo separan de Buenos Aires, el escenario de su última novela, Todo por la patria.
“No se oye –la voz gruesa al otro lado de la línea–. Esperá, me voy a poner unos auriculares buenos… A ver, decite algo.”
Caparrós –60 años, más de treinta títulos publicados– escribió su nueva novela, que sale en marzo, durante una estadía en Vilasindre, Galicia, un pueblo de 14 habitantes. Había leído la serie protagonizada por el comisario Montalbano, una creación del autor italiano Andrea Camillieri: estaba fascinado. Nota aquí.
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