Culto canalla al rumbero de Vallecas
Manuel y Amalio, padre e hijo, cantan de madrugada en bares que ya han echado la persiana para un público internacional que ve en ellos a los últimos supervivientes de una España extinta.
Manuel hace gárgaras con un chorrito de vinagre en la cocina. La grasa se agarra del techo y las paredes como las estalactitas de una cueva. Cuando termina de aclararse la garganta en el fregadero, regresa a su habitación, un cuarto con cama king size en la que duerme solo desde que enviudó. Se coloca un viejo traje granate de dos piezas, un chaleco, unos zapatos y una camisa fantasía elegida entre un ramillete colgado del armario como pájaros en un poste de luz. Entonces se coloca con los pies juntos frente a una fotografía en blanco y negro del cantante Rafael Farina. Adopta la pose de quien brinda un toro: Nota aquí.
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