Eric Clapton, una guitarra entre el cielo y el infierno
El músico recorre una vida marcada por todos los excesos canónicos del rock y el afán de alcanzar la perfección en sus memorias, que se publican en septiembre en España.
Ya en la primera frase de sus memorias Eric Clapton asegura que desde el principio de su vida tuvo la sensación de ser una persona “diferente” a las demás. Al menos, el primer palo que recibió estaba fuera de lo normal: aquel niño se enteró después de unos años de que sus padres eran en realidad sus abuelos y que su hermana era su madre. Tras eso, el “pequeño bastardo”, tal y como le llamaba su tío, se pasó la niñez y la adolescencia encerrado en sí mismo. Su madre se terminó yendo de casa, su padre nunca apareció y su único consuelo en el entorno pobre y aburrido de la localidad de Ripley, al sur de Londres, fue el blues, que, como tantos chicos de su generación, conoció por los programas de radio nocturnos. Nota aquí.
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