Se están hundiendo
Un niño español mira al Mediterráneo, fascinado,
con un entusiasmo que no sabe articular,
como el adulto ante la alucinación que produce un gran poema.
En ese mismo mar,
en un punto inalcanzable al ojo humano
una embarcación naufraga sobre la estrofa en silencio del agua.
El mar engulle, callado
como un inmenso animal sin alma,
como una esponja eterna que absorbe el afuera,
la vida, la pobreza, los últimos espasmos de esperanza.
Completo aquí.
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