martes, agosto 06, 2019

Karmelo C. Iribarren

TE SIENTES RARO, DISTINTO
Te encuentras con un viejo conocido
al que ves muy de vez en cuando,
y siempre de casualidad
(hace tiempo que se fue a vivir a otra provincia,
por motivos de trabajo).
Como suele suceder en estos casos,
diez minutos de pequeña euforia inicial
en el bar más cercano,
y enseguida un cansancio infinito
—no tenéis nada que deciros,
nunca lo tuvisteis, en realidad—.
Al despedirte piensas
que tampoco sería tan extraño
que te estuvieses despidiendo para siempre.
Te sorprendes un poco al principio.
Nunca lo habías pensando.
No de alguien así, de su edad,
que es la tuya. Te sientes raro, distinto.
Abres el paraguas. Sigues
andando hacia la playa. De repente,
te apetece mucho estar solo, ver el mar.


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