El vino enamorado
He muerto amor y muerto me reencarné en tu vino.
Bebete vos mi cuerpo, renaceré en tu alma.
Qué sobrehumanamente ¡por Dios! ya muerto y vivo,
te esperará mi alma caliente en cada copa.
Regreso de la nada trajeado de racimos,
tangueando entre los duendes de la bodega absorta,
allí donde los dioses lo encurdan al destino
y aprendo a ser tu vino, de pie sobre tu boca.
No me llorés... ¿no ves que voy contigo?
varón de alcohol disuelto tras tu piel,
leer completo.
miércoles, abril 01, 2009
El vino enamorado
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