EL LLANTO DE AQUILES. RODOLFO SERRANO. HUERGA Y FIERRO. 91 PÁGINAS
Hay héroes que nunca consiguen regresar a casa y hombres que no tienen miedo de cantar que la memoria es nuestra verdadera madre. Que la vida no acaba mientras seamos capaces de reconocernos en aquellos que nos están prohibidos. Rodolfo Serrano es uno de esos hombres, un poeta que agita la memoria, el deseo y la vida para ahuyentar esa biografía de huesos quietos que la muerte pacta para nosotros con los relojes.
El llanto de Aquiles es un libro denso e integro, una biografía de huesos hábiles en la que el deseo baila para quien lee como baila un hombre solo en medio de la noche. Scott Fitzgerald estaría orgulloso de él y de esa suavidad con la que adormece los amores que no llevaban nuestros nombres. Ahora, en este libro se trata de vivir, de ponerle, de otorgarle mil nombres a ese nombre que el pasado nos impide ponernos. Los niños no sólo existen ya en la cabeza de los padres muertos porque recordar las pérdidas es la más hermosa de las batallas que puede librar un hombre: Crónica aquí.
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