domingo, enero 29, 2017

Luis García Montero

Enero, 1977, Atocha

Se han cumplido 40 años de la matanza de Atocha. Tres fascistas relacionados con el Sindicato Vertical del Transporte entraron en un despacho de abogados y dispararon sobre 9 personas. Aunque los abogados estaban indefensos, no puedo escribir con rigor que los asesinos actuaran a sangre fría. Llevaban la sangre muy caliente por más de 40 años de soberbia y matanzas. A veces la retórica ampulosa (Dios, Patria, Rey, Imperio) es una primera forma de la crueldad: la sintaxis está preparada para pasar de las palabras a los hechos. Hay balas que son el complemento directo de sus sujetos.

Por si faltaba algo en la hoguera de la extrema derecha, CCOO, el sindicato de los comunistas, su peor enemigo, acababa de conseguir un éxito laboral muy notable con una huelga masiva en el transporte. Los abogados del PCE, vivo ejemplo en los años 70 de que la lucha por la democracia social resulta inseparable no sólo de la defensa de los derechos cívicos, sino también de los laborales, fueron castigados. Los matones iban buscando al líder sindical Joaquín Navarro. Al no encontrarlo, no dudaron en ejecutar el castigo sobre el cuerpo de sus camaradas. Nota aquí.


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