"No apostar al malbec es estar mal de la cabeza"
Es el flying winameker más cotizado del mundo. Hace 30 años, apostó por la cepa que hoy es sinónimo de la Argentina en el mundo. Por qué dispara contra los falsos gurúes del vino.
Es el flying winemaker más cotizado del mundo. Con 46 años de trayectoria, hace 30 fue uno de los pioneros en apostar al malbec como la cepa world class de la Argentina. Su bodega mendocina, único emprendimiento propio fuera de Francia, celebra los tres lustros de su primera cosecha con una producción de un millón de botellas de un blend premium que es un éxito en los Estados Unidos. Fiel a su leyenda de polemista, dispara contra quienes privilegian el relato místico del terruño por sobre la verdad inapelable que impone el viñedo. Y, a meses de cumplir 7 décadas de vida, reivindica su condición de enfant terrible de la enología. Nota aquí.
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