Un poema de amor
Salgo poco. Lo justo
para no olvidarme de bares y de amigos.
Y no discuto ni siquiera con la tele.
Me aburren los periódicos y solo
algún libro de versos me interesa.
para no olvidarme de bares y de amigos.
Y no discuto ni siquiera con la tele.
Me aburren los periódicos y solo
algún libro de versos me interesa.
Paseo por las calles que ahora siento
territorio enemigo. Ni siquiera pretendo recordarte.
Alguna vez -y muy de tarde en tarde- me retorna el deseo.
La dulce desazón de un cuerpo joven
que me inspire en mis vicios solitarios.
territorio enemigo. Ni siquiera pretendo recordarte.
Alguna vez -y muy de tarde en tarde- me retorna el deseo.
La dulce desazón de un cuerpo joven
que me inspire en mis vicios solitarios.
No fumo. Escribo poco.
De vez en cuando un verso como éste.
Y poco más. En momentos de duda
-mientras espero al médico o voy a la farmacia-
desearía llamarte y comentarte
que hace un calor de muerte
o que el nuevo Gobierno es el de siempre.
De vez en cuando un verso como éste.
Y poco más. En momentos de duda
-mientras espero al médico o voy a la farmacia-
desearía llamarte y comentarte
que hace un calor de muerte
o que el nuevo Gobierno es el de siempre.
Pero nunca lo hago. Sé que hace tiempo
dejaste de temblar cuando veías
mi nombre en tu teléfono.
dejaste de temblar cuando veías
mi nombre en tu teléfono.
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