miércoles, julio 17, 2019

María Guivernau

EL CALOR

Aprieta el calor
y estalla en gotas de sudor
que me bañan el pecho.
Busco en fuentes y arroyos,
inútilmente,
sabiendo que todo el agua
que llena el océano
sería insuficiente
para saciar mi sed de ti,
que me deshidrata
el hueco invisible de tu ausencia.
Me he perdido en todos los mapas
contando los kilómetros
hasta tu boca.
Ahora es la brújula del deseo
la que me guía hasta tu colchón.
Si duermes,
te despierto bebiéndome tus besos
o me hago sueño
entre tu piel y las sábanas
hasta confundirnos los cuerpos.
Aprieta el calor.
Apriétame tú
contra tu pecho.




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