Christian Masello

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Aquellos que no conocen a Alejandro Romano tienen un problema: se pierden de saber de un tipazo… Igualmente, deben ser muy pocos los seguidores de la canción de autor que ignoren su existencia.
No es cantante. No es compositor. Su profesión (que no viene al caso) carece de una relación natural con la música. Pero le gusta tanto escuchar a los cantautores, se siente tan atraído por los temas que hacen, que dedica gran parte de su blog –ya antológico–, El Templo de las Borracheras, a ese tipo de composiciones y a la vida de sus generadores. Por eso, es amigo de muchos de ellos. Lo reconocen como una persona que apoya sus creaciones.
Tiene la cualidad de ser distinguido con rapidez como un buen ser humano, algo que, en la época que nos toca vivir, lamentablemente, no abunda.
Alejandro, claro, admira a Joaquín Sabina. Y, por supuesto, no podía quedar afuera de “Sabina. 23 puertos”, donde se relata una grata noche en la que el monje Romano habló sobre la importancia del Capitán pirata en su vida.
En la foto, el recuerdo de un momento compartido en su Templo.
https://www.verkami.com/projects/27426-joaquin-sabina-23-puertos