viernes, septiembre 10, 2021

Rodolfo Serrano

 La vida, ya ves

Convéncete, la vida es un disparo
de luz, una caricia deslumbrante.
Y, a pesar de sus muchos sobresaltos,
pasa sin hacer caso por tu orilla.
No hay quien te libre de ella. No te escapas.
Cualquier fuga -lo digo seriamente-
está ya condenada de antemano
al fracaso más cruel. No hay que intentarlo.
Mejor, dejarse ir. No darle vueltas.
Es la vida que aprieta sin remedio.
La vida que te lleva a ningún sitio,
a ese dolor que, a veces, te destroza.
Te lleva hacia la noche y roza el alma
como un beso perdido en el tumulto
de una calle con gentes y con ángeles .
La vida es un relámpago de frío.
Eso, cuando te ignora y no te busca.
Porque a veces te arranca el alma a tiras
y remueve la herida y te desangra
sin ninguna piedad y en carne viva.
Y aquí estamos nosotros, tú y yo y todos.
Agarrándonos bien a un mundo raro,
criaturas de frágiles ocasos,
libélulas de sol en los arroyos.
Aquí estamos, sabiendo que la vida
podrá tal vez matarnos, más nosotros
tendremos las estrellas en las manos
y el corazón latiendo en la esperanza.
(Y rezo ahora, lo mismo que si fuera
un viejo pecador, con esas cinco
letras que viven en tu nombre).
Foto de Raul Cancio.



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