miércoles, septiembre 08, 2021

Rodolfo Serrano

 Un bar

Mira, ya ves, estás aquí sentado,
en un bar al que nunca has ido antes.
Un camarero que no sabe tu nombre,
una copa de vino, este silencio
y la vida que pasa lenta y suave.
No hay mucho que contar. No ocurre nada.
Vive, pues, el momento, sin preguntas,
y aprende que la vida es sólo esto:
un día luminoso, cuatro sorbos
de un vino seco y frío entre los labios.
Añora, sin dolor, aquellas cosas
que no ocurrieron nunca y que soñaste.
Recuerda los amigos que un día fueron
Las veces que bebiste sólo y triste.
Disfruta de esta paz y aburrimiento.
De la gente que pasa por la puerta,
de este bar sin clientes. Y recuerda
que el infierno deber ser muy parecido
a un bar en el que nadie te conoce
con un barman callado tras la barra.
Pero, a pesar de hastíos y rutinas,
aún queda algún pedazo de tus sueños,
esta casi esperanza, este deseo
de escapar hacia mares misteriosos
o llegar por desiertas carreteras
a ciudades que nunca visitaste.
Consuélate. Tal vez, tal vez encuentres
un bar en el que que brindes por su nombre
y el camarero te invite a la penúltima.
Foto de Raul Cancio



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