martes, febrero 08, 2022

Luis Alberto Spinetta

10 años sin Spinetta: seguir viviendo con su amor

Su muerte el 8 de febrero de 2012 fue un baño interminable de tristeza. ¿Quién fue, qué fue Spinetta? Inasible, inabarcable, el compositor y poeta es una estela que alumbra a la música popular argentina.

8 de febrero de 2022. 10 años de la muerte de Luis Alberto Spinetta. ¿Qué escribir sobre él que no se haya escrito? ¿Cómo atrapar en tinta y papel breve una vida inabarcable, inasible? Ahí están los libros, muchísimos, y se puede empezar por ellos. Un intento, al menos. Envalentonados ellos por necesidades espirituales y buscadores virtuales, pero no solo: el primero lo publicó el mismo Luis junto a sus compañeros de Almendra, y algunos amigos historiadores e ilustradores, en un año tan temprano y previrtual como 1971. Los libros y sus buenas memorias, entonces. Miles y diversos.

Entre ellos, los que hablan de un disco puntual (Tigres en la lluvia, La Aventura de Invisible en el jardín de los presentes, Martín Graziano). Los que analizan letras de alguno de sus grupos (Almendra, Nadja). Los iconoclastas (Los libros de la buena memoria). Los que ensayan sobre su poesía (Iniciado del alba, Sandra Gasparini). Los que abordan el personaje superando la mera biografía (Una vida hermosa, Miguel Grinberg). Los que recortan la vida en un show, como El concierto del aire, trabajo de Miguel Dente y Lucas Fernández, sobre las Bandas Eternas. Los que ubican a Luis en el orden de lo mitológico (Spinetta, mito y mitología, Mara Favoretto). Los que lo miran a través de otros (Luisito, Jorge Kasparian). Los que lo biografían con él presente (Crónica e iluminaciones, Eduardo Berti). Los que insisten con el modo presencial, pero haciendo base en canciones temporalmente aleatorias, tal el caso del maravilloso y revelador Martropía, de Juan Carlos Diez. ¡Y hasta una biblia spinetteana hecha de tela!, también de Kasparian.

Hay entonces un puntal de evocaciones por ahí, para resolver, aunque sea en parte, la carencia inicial.

También –axial- están los discos, sus canciones, eternas, inmortales canciones, recurrentes en su ontología para no perder la brújula vital. Está lo que dicen los otros de él. Los que lo convivieron y conocieron. Están también los que tocan lo que él tocaba. Los homenajes. Las fotos. Los audios. Su hermosa familia. Está todo como para extrañarlo lo menos posible. Pero se extraña. Igual se extraña. Muchísimo se extraña, Luis. Nota aquí.




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