Clase de sensatez filosófica, por Manolo García: “La soledad quita vida”
El músico edita dos discos, sale de gira y desglosa para EL PAÍS “pequeñas teorías torpes que a mí me ayudan”
Siempre pasa lo mismo cuando Manolo García entra por la puerta de un hotel. Nada más llegar a la recepción, el personal del hotel le dice: “La clave de la WiFi es…”. García le frena: “No, no, yo no quiero ni WiFi ni internet”. Le miran como a un bicho extraño, claro. El músico barcelonés (66 años) es un hombre de otro tiempo. Él mismo reconoce que le hubiera gustado vivir en la época de Al Ándalus. “He idealizado ese periodo. Es verdad que había garrotazos, como en todas las épocas, pero existían unos valores que hoy son difíciles de encontrar”, afirma en un hotel madrileño. El cofundador (junto a su amigo Quimi Portet) de El Último de la Fila acaba de editar dos discos, 27 canciones nuevas, la demostración de que vive momentos de alta creatividad: Mi vida en Marte, de concepto pop-rock, y Desatinos desplumados, donde los protagonistas son la guitarra española y el requiebro flamenco. En junio arranca una gira que se extenderá hasta diciembre. En la charla con este diario repasa temáticas “de la vida” que él llama “mi filosofía de bolsillo”. “Son pequeñas teorías torpes que a mí me ayudan”, señala. En realidad, es la voz del hombre sensato y despojado de postureo. Nota aquí.
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