jueves, marzo 09, 2023

Rodolfo Serrano

Una mujer lee el periódico en una cafetería
Hace tiempo que lo ha dejado todo.
Sin embargo, recuerda a cada uno
de sus viejos amantes. Y podría
contar, sin duda alguna, cómo eran
sus abrazos, su voz en esas noches
de tugurios, de cantes y guitarras
o el suave escalofrío que recorre
la piel en cada sucia amanecida.
Me cuentan que ella fue gloria bendita.
Despreció los palacios. Prefería
el vino peleón de las tabernas,
los amores canallas y los viajes
a ciudades perdidas en los mapas,
tras un amor sin nombre, una palabra
susurrada, lenta y cálida, en su oído.
Cada mañana ojea los periódicos
y piensa que ya nada le interesa.
Tal vez algún recuerdo que aún le hace
sonreír levemente cuando siente
esta dulce caricia del olvido.
Pasan lentas las horas. Los relojes
perdieron hace tiempo sus agujas.
Esta noche en la casa otra vez, sola.
Quizás beba un oporto, como siempre
y ponga esa canción que tanto ama,
mientras el sueño escapa de la alcoba
y la pasión revive en la añoranza.
La foto (maravillosa) es de Raul Cancio.



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