viernes, mayo 19, 2023

Rodolfo Serrano

 Morir, dormir, tal vez soñar

La gente muere de cáncer o de guerras,
de soledad también. Y de tristeza.
Nos llegan cada día, como heraldos
negros, infames (nos advirtió Vallejo),
noticias del dolor de nuestro hermano.
Muere la gente, muere, la que amamos,
las gentes que un día fueron carne nuestra,
sangre bendita en nuestras propias venas
que late tiernamente y que nos besa
el corazón cansado y solitario.
El dolor de los niños y su llanto
que se extienden como una mancha negra,
devorando la vida como un sueño.
Ese dolor de guerras y de sangre
que recorre los pueblos de la tierra
incendiando las voces y los libros.
Morimos, se nos muere lo que amamos
en limpios hospitales, en las sucias
trincheras, en los campos de batalla.
Y nosotros morimos cada día
con cada nuevo cuerpo que abrazamos.
Que la noche espante nuestros miedos.
Foto de Raul Cancio.



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