jueves, junio 01, 2023

Federico García Lorca

 Federico García Lorca, músico antes que poeta, el genio también en flamenco y folclore

Una faceta del granadino no muy conocida es la de gran pianista y conocedor de la música andaluza, que elevó con su visión y ayudó a definir el duende.

El genio de Federico García Lorca es tan grande que, más de un siglo después, todavía resuena en la cultura popular con fuerza de mares bravos. No se agota. Al contrario, no para de crecer. Está el genio del poeta, autor de Poema del cante jondo, Romancero gitano o Poeta en Nueva York. Y el genio del dramaturgo, autor de Bodas de sangre, Yerma o La casa de Bernarda Alba. Sin embargo, poco se suele hablar del genio del músico y folclorista. O, al menos, no se destaca tanto ante su imbatible e influyente obra lírica y teatral.

Conviene recordarlo: antes que poeta, Lorca fue músico. “Ante todo soy músico”, afirmó en una entrevista. “Soy el loquito de las canciones”, dijo en otra. Su formación musical llegó antes que cualquier otra, pero, sobre todo, su pasión por la música palpitó a edad temprana y marcó su vida entera, incluida su concepción de la poesía. La musicalidad de la lírica de Lorca fue su seña de identidad, tal y como se vio ya en algunos de sus primeros libros como Primeras canciones y Canciones. En ellos se recogen composiciones breves que responden en muchos casos a estructuras poéticas de la canción popular. Los elementos de la música folclórica atraviesan su poesía hasta encontrar su máximo esplendor en Romancero gitano y Poema del cante jondo.

Lorca siempre estuvo agradecido a uno de sus grandes maestros: Antonio Segura. Este pianista granadino fue su profesor de piano cuando la familia Lorca se trasladó de Fuente Vaqueros a Granada. Según el poeta, Segura fue quien le introdujo en “la ciencia folclórica”. Lorca, que admiraba profundamente a Beethoven, tenía cualidades extraordinarias para la música, es decir, un magnífico oído y una destreza maravillosa al piano. Aparte, gracias a Segura y a su propio instinto, amó desde muy joven todo el folclore que le llegaba de las nodrizas que formaban parte de su casa y contaban cuentos y cantaban canciones de cuna y romances. De todo ello, Lorca salió un ser musical. Maravillosamente musical. Hasta el punto de que en la Residencia de Estudiantes de Madrid cautivó a todos cuando se ponía al piano, más incluso que con sus poemas. Nota aquí.




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