domingo, diciembre 17, 2023

Mario Vargas Llosa

 “Es preferible no pensar en el lector y solo después descubrir si has provocado entusiasmo o rechazo”

El premio Nobel deja su tribuna en EL PAÍS 33 años después de empezar a firmar en la sección de opinión. Tras haber anunciado que ‘Le dedico mi silencio’ sería su última novela, se retira también de la prensa y concede una entrevista.

Poco antes de cumplir los 16 años, empezó a publicar en el periódico limeño La crónica. Así arrancó la portentosa carrera de Mario Vargas Llosa (Arequipa, 87 años), un escritor que siempre ha compaginado la literatura con el periodismo, como redactor, jefe de información, entrevistador y hasta presentador, pero que encontró la veta más rica en su faceta de articulista. Desde aquel Perú de principios de la década de los cincuenta del siglo XX hasta casi completar el primer cuarto del siglo XXI, miles de tribunas y artículos después, el premio Nobel se retira. Llegó a las páginas de EL PAÍS el 2 de diciembre de 1990 y es autor de 20 novelas, dos libros de relatos, uno de memorias, 14 ensayos, más de media docena de obras de teatro y varios tomos que reúnen su Piedra de toque, entre otras obras. Después de haber anunciado que la obra de ficción Le dedico mi silencio, que sacó este año, sería su última novela, Vargas Llosa deja su tribuna en estas páginas, habiéndose cumplido 33 años desde que publicó su primer artículo de opinión bajo esta cabecera, que se tituló Elogio a la ‘dama de hierro’. Sus columnas han ayudado a reflexionar sobre el presente en todas sus facetas y sin esquivar la polémica, sobre la política nacional e internacional, sobre las voces literarias que le interesaban. Desde Perú, responde a un cuestionario sobre su historia con el periodismo.

Pregunta. Como recordó en El pez en el agua, empezó escribiendo notas hace más de siete décadas. ¿Qué cambios en la prensa de cuantos ha vivido le parecen más trascendentales? ¿Hay un auge del periodismo de opinión respecto a tiempos pasados?

Respuesta. Los mayores son tecnológicos. La composición con tipos móviles y las imprentitas en las que se hacían los periódicos eran prehistóricas en comparación con el presente. Y por supuesto, no existían los medios digitales ni las redes sociales, que han revolucionado la manera de informar y de opinar. Esto nos ha dado mayor comunicación y libertad, pero también ha diluido la frontera entre la mentira y la verdad, y ha dado cabida a una industria de fake news que es espeluznante. La manipulación es más fácil. Para un joven es más difícil en esa jungla orientarse bien. Y aunque siempre ha habido información sesgada, o, mejor dicho, información que es opinión disfrazada, hoy hay mucha más.

P. ¿Qué articulista admiraba en su juventud y le influyó más?

R. He contado alguna vez que cuando llegué a Francia, a finales de los cincuenta, yo era un hombre de izquierda y mi biblia era Le Monde, pero muy en secreto y casi avergonzado compraba Le Figaro una vez a la semana para leer la columna de Raymond Aron, que era la bestia parda de la izquierda… Nota aquí.



0 comentarios: