sábado, diciembre 23, 2023

Segovia

 ¿Qué emperador romano construyó el acueducto de Segovia? Toda una vida para resolver un enigma milenario

La historiadora Dominica Contreras cree que la conducción romana fue levantada por Vespasiano en el siglo I, lo que adelanta el inicio de las obras casi cincuenta años.

El coronel Góngora, de la Academia de Artillería, desplegó orgulloso su catalejo. Gracias a él, por fin, se podrían leer las marcas dejadas por la milenaria y desgastada cartela del acueducto de Segovia que desvelaban quién, cuándo y por qué ordenó construir esta impresionante obra en un municipium que no se encontraba entre los más importantes del imperio romano. Pero fuera porque el militar decimonónico no estaba muy ducho en latín o porque el anteojo no resultaba lo suficientemente potente; lo que garrapateó en el papel no resultó bastante para que el canónigo Andrés Gómez de Somorrostro ―que había enviado al artillero a copiar lo que viese― descifrase una sola palabra. No obstante, habría posteriormente más intentos, como subirse con una grúa hidráulica para observarlo de cerca, intentar recomponer el rompecabezas de tres placas epigráficas latinas relacionadas con la ciudad o abrir excavaciones en uno de los extremos de la conducción a la búsqueda de más datos.

Estas historias, que relata Dominica Contreras López de Ayala (Madrid, 83 años), X marquesa de Lozoya y académica de Historia y Arte de San Quirce, en su libro Misterio del acueducto de Segovia. Vicisitudes y datación (Editorial Almuzara, 2023), son algunas de las múltiples investigaciones que se han emprendido desde hace siglos para determinar la autoría del símbolo más reconocible de la ciudad castellana. Pero lo más llamativo e incomprensible es que la respuesta definitiva al interrogante histórico se encuentra, según Contreras, enterrada entre el campo de fútbol del segoviano colegio Claret y los urinarios para los jugadores. “He pedido muchas veces que se excave, pero los padres no quieren oír ni hablar de eso”, asevera la académica.

Hasta ahora, lo más aceptado era que el acueducto segoviano fue construido durante el gobierno del emperador Trajano (años 53-117). Pero teorías ha habido para todos los gustos. Carlos Fernández Casado, el ingeniero que lo restauró hace décadas, estaba convencido de que era obra de Claudio (años 24-41). El historiador local José María Martín, que también cogió los prismáticos como el coronel Góngora para intentar descifrar la cartela, creyó leer “del emperador Nerva”. Otros, al contrario, aseguraban que fue obra de Adriano (76-118) o de Teodosio (347-393), porque habían encontrado algunas monedas y restos arqueológicos de sus épocas en la base.

Para complicarlo todo un poco más, Ambrosio de Morales (1513-1591) ―historiador y arqueólogo que envió Felipe II para hacer una relación de las riquezas artísticas, religiosas o históricas de su reino― dio cuenta de una epigrafía supuestamente hallada en Segovia que se refería al acueducto. De Morales, que ya tenía experiencia en montar algunos líos históricos por los pueblos por donde pasaba ―encontró el cuerpo de san Eufrasio en Valdemao (Lugo), pero lo identificó como obispo de Andújar cuando era de Mengíbar―, aseguraba que la inscripción decía que había sido construido por Lartius Licinius, gobernador de Hispania. Licinius rigió, por orden de Vespasiano, la provincia Tarraconense, pero que solo gobernó entre el 70 y el 69 a. C., año en que murió atragantado por un hueso de aceituna. Nota aquí.



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