viernes, mayo 10, 2024

Manolo García

Manolo García convierte en mejores personas durante tres horas a 17.000 espectadores en Madrid

Un WiZink abarrotado disfruta de lo lindo con un artista incontinente y en plena forma.

Sonó Insurrección la primera. Para qué esperar. Y Manolo García la cantó como si fuera un tema nuevo, a pesar de que se escribió hace casi cuatro décadas. Pañuelo palestino al cuello, guitarra española, voz en gran estado. Emergió el primero de la noche este clásico de El Último de la Fila y los 17.000 espectadores que llenaron el WiZink se sintieron mejores personas. Y así durante las tres horas de concierto en compañía del artista catalán. Porque eso es lo que proporciona este hombre honesto y comprometido cuando canta, cuando habla y hasta cuando baila. Uno lleva un día de incendio en incendio y llega al WiZink y escucha la voz familiar y cálida de García: “Donde estabas entonces cuando tanto te necesité”. Música terapéutica que arrulla y cobija. “Dedicamos este concierto al pueblo de Palestina por el sufrimiento innecesario al que le están sometiendo”, dijo nada más terminar Insurrección.

García volvió a llenar (en su mayoría cuarentañeros y cincuentañeros) en Madrid un gran recinto. Como lo está haciendo por toda España en su nueva gira. Sin asomar la cabeza por las redes sociales ni grabar ridículos vídeos en TikTok. Sin sonar en las radiofórmulas (las pocas que quedan), sin aparecer como jurado en uno de tantos programas en busca de supuestos talentos. He aquí un artista que no necesita lo que todos. Y tirando lo justo del pasado, un repertorio, por cierto, el de El Último de la Fila, que suena casi tan palpitante como entonces, como demostró anoche: además de Insurrección incluyó en el repertorio temas (algunos en versiones distintas a la original) de su exgrupo como Llanto de pasión, Lápiz y tinta, Aviones plateados o Como un burro amarrado en la puerta del baile. Nota aquí.





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