RENACER
Esto no es una despedida.
Tan solo un cambio de tiempo verbal.
Una metáfora incomprensible.
Yo, abrazando la rima asonante vital de un poema incompleto.
Un verso desprendido de un lenguaje extinto por las inclemencias de una luz que, al fin, ya no ciega.
Ser o no ser,
o tal vez estar sin ser,
o ser sin estar,
o no estar o no ser.
Todo el horizonte se precipitó sobre esa linea delgada donde las certezas no se posan.
¿Quién vendrá a saldar cuentas?
¿Quién se salvará de la tormenta que yo mismo desaté?
¿Quién me reclamará estas manos manchadas de sed de vida?
¿Quién soportará el peso de un corazón que quiere sacarse la metralla con sus propias manos?
¿Quién será responsable de los años colaterales?
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