lunes, enero 06, 2025

María Guivernau

 FARO

Erigida en lo alto
los pies anclados al suelo
con los ojos bien abiertos
iluminando los caminos.
Avisando a navegantes,
en constante alerta
luchando contra tempestades,
apaciguando el miedo al naufragio,
brindando el abrazo preciso,
en un solo parpadeo,
al extraviado de su itinerario.
Pero el mar y el cielo siempre lejos.
Agotada de ser faro
quiero transformarme en la nave
que se adentra
sin rumbo en el océano,
que se alza
sobre tierra firme sin ruta de vuelo.
Atravesar las nubes,
sentir las olas sobre mi cuerpo
hasta que me venza el cansancio
y el guiño de una torre luminosa
me devuelva el aliento.



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