Sin ti
Sin ti yo no soy nada. Cuatro copas
en algún oscuro bar de carretera.
Noches de vino tinto, madrugadas
Cualquier día perdido por las calles
que una vez escucharon nuestros pasos,
diez palabras de amor, mil de abandono,
pasión deshilachada en la memoria.
No soy nada. Tal vez solo el recuerdo
de algún amor fugaz que no ha dejado
ni el hollín de sus fuegos en la carne,
una promesa, quizás, que creí eterna.
La derrota corriendo por las venas,
muy lenta -ya no hay prisas para nada-,
lo mismo que si fuera el humo frío
de viejos cigarrillos del pecado.
Sin ti soy poco, nada, alguna hoja
perdida en la tormenta, cierta sombra
de una lejana luz que, sin saberlo,
brilló en la oscuridad, fugaz instante .
Y, sin embargo, ahora, con el tiempo
jugando en el tablero, haciendo trizas
todos los calendarios, ya soy todo.
Y todo lo he ganado con tu nombre.
(El nombre que convoco cada noche
caminando contigo hacia el silencio).
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