"Era costumbre del Che en su vida guerrillera anotar cuidadosamente en un Diario personal sus observaciones de cada día. En las largas marchas por terrenos abruptos y difíciles, en medio de los bosques húmedos, cuando las filas de los hombres, siempre encorvados por el peso de las mochilas, las municiones y las armas, se detenían un instante a descansar, o la columna recibía la orden de alto para acampar al final de fatigosa jornada, se veía al Che –como cariñosamente lo bautizaron desde el principio los cubanos- extraer una pequeña libreta y con su letra menuda y casi ilegible de médico, escribir sus notas", recuerda el líder cubano Fidel Castro.Ver nota
miércoles, noviembre 15, 2006
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