"Siento todas mis ataduras".
Una carta de Miguel Hernández es una joya. Más si en ella palpita el sentimiento de desazón, hartazgo y escasa confianza en el futuro que sintió el poeta en la cárcel de Ocaña, 10 meses antes de morir en marzo de 1942. Leer nota.
domingo, octubre 12, 2008
Miguel Hernández
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario