El rey del martini
Es el barman del Florida Garden desde hace 45 años. Atendió a Borges y a Tato Bores. “Ahora hay demasiados tragos”, asegura.
El Florida Garden tiene el artificio de un hotel tres estrellas. En el fondo está el bartender. El barman. En castellano, un trabajo que no se llama de ninguna manera. El sí. Se hace llamar Charly. Charly Berta. Otro ser humano que prefiere no ser tan Carlos.
“El hombre del fondo”, nos señala la persona de la caja. Son unos cuantos pasos, un disculpe, un permiso. El salón derrama oficinistas. Parece que los que vienen seguido le dicen “El Garden”, y los que vienen poco, “Florida Garden”. La reseña y el apretón de manos llegan por sobre la barra. Una distancia casi ejemplar. Nota
aquí.
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