RETRATO ÍNTIMO DE «JAUME SISA»
Quizá este retrato íntimo es el más bello
que he escrito. Es simplemente la expresión de
la tremenda admiración que siempre he sentido hacia
Jaume Sisa y su temporar reencarnación
en aquel Ricardo Solfa que consiguió enamorarme.
Un buen día llegó, con su maleta y con su guitarra bien repreta de hermosas e increíbles locuras y me dijo: «Ey! Salta y vola, que els ocell et faran lloc...»; enseguida descubrí como la lluvia había preñado, sobre su cabeza, hierbas frescas, flores de fuego y semillas de trigo, y así, inesperadamente, se me coló –a traición– en ese rinconcillo tan íntimo de mi personalidad en el que sólo caben los sueños. Crónica aquí.
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