SIN RIENDAS
El estridente sonido del miedo
se volvió silencio
tras el abrazo.
Beso a beso
se deshicieron las capas
y, bajo ellas,
la desnudez sin trinchera.
Completo aquí.
Publicadas por Romano a la/s 10:00 a.m.
Etiquetas: María Baila Sola
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