García Montero: poesía y conciencia en la época del usar y tirar
Reivindicar. De eso va Las palabras rotas (Alfaguara) y de eso va su autor, Luis García Montero. En plenas elecciones, reivindica la palabra «política» como diálogo, sin violencia, contra la crispación. «En vez de distintos parecemos enemigos, el insulto es el que domina».
En el libro, el director del Instituto Cervantes plantea también la nada fácil convivencia entre la conciencia individual libre y la vida en comunidad, en red. «Para que funcione la sociedad debe haber respeto pero también vínculos: es tan peligroso que la conciencia individual se diluya en un todo como renunciar al compromiso».
Y Federico. Luis García Montero entró de chaval en el cuarto de la casa familiar donde se recibía, donde no tenía que entrar, pero lo hizo y allí, en la biblioteca, apareció la edición en papel biblia de Aguilar de la obra completa de García Lorca, un poeta de su ciudad. Donde leyó luna notó que había algo más que luna, «los jinetes y los caminos parecían algo más que jinetes y caminos». Luego le deslumbraría Poeta en Nueva York, «uno de los libros más importantes del siglo XX y donde se dice que la modernidad no ha cumplido sus promesas». Y años más tarde, el 5 de junio de 1976, en un homenaje a Federico en Fuente Vaqueros, Luis García Montero se acercó a rendir pleitesía a Blas de Otero, que participaba en el acto; aquel jovenzuelo quería decirle que por gente como él quería dedicarse a la poesía y el autor de Pido la paz y la palabra le contestó: «¿Por gente como yo? Espero que algún día puedas perdonarme». Todo tiene más sentido si se sabe que Blas de Otero presumía de haber conocido a Lorca en Bilbao. «La vida a veces rima» a través de un diálogo generacional. «En el tiempo de usar y tirar, en el de la dinámica del olvido, ahí estála literatura como relato del ser humano». Nota aquí.
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