Muere la cantante de Roxette, Marie Fredriksson, a los 61 años.
Fueron más de 75 millones de discos vendidos. Una cantidad tan ingente de éxitos que se pudieron permitir el lujo de editar un recopilatorio solo con sus baladas más conocidas. Y más aún, una versión de ese disco con las baladas cantadas en castellano que despachó más de un millón de unidades. Una imagen gigante suya, entre la de otros iconos suecos, da aún la bienvenida al viajero al aeropuerto de Arlanda (Estocolmo). En el sitio web de Halmstad, ciudad cercana a Malmö, la primera frase del texto que presenta la localidad informa de que este es el lugar que vio nacer al dúo pop Roxette, cuando a mediados de los años ochenta un productor convenció para que se juntaran a un tipo llamado Per Gessle que andaba algo desubicado tras la disolución de su exitosa banda (Gyllene Tyder, también nombrada en la web de Halmstad, lo que indica lo grandes que fueron o lo pequeña que es la población) y a una cantante que respondía al nombre de Marie Fredriksson, que acababa de lanzar su disco de debut y había recibido el silencio del público y la industria como respuesta. A sus 61 años, tras más de media vida como integrante del segundo grupo sueco de pop más exitoso de la historia, ocho notables discos en solitario y 17 largos años luchando contra un cáncer diagnosticado tras un desmayo en el baño que le causó un traumatismo craneal, ha fallecido Fredriksson, la tozuda del pelo corto. Nota aquí.
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