La casa se queda sola: en memoria de Patxi Andión, poeta desde cerca
Nos hemos quedado sin voz, y por supuesto, 'sin pulso y sin aliento', como en el soneto de Ángel González, ante lo que ya todos sabemos, y seguimos sin creérnoslo. Sobre todo, los que estuvimos hace menos de un mes en la sala Galileo de Madrid en lo que fue el concierto de los 50 años de su primer álbum, Retratos. Patxi Andión estaba ahí, entre nosotros. Y estaba tan cercano que seguimos sin aceptar que la muerte le saliera al encuentro, y en el camino. Patxi era un ser leal y cariñoso, un cantautor desde cerca, porque como decía en uno de sus discos: 'no hay que ser poeta desde lejos', hay que bajar al mundo, abarcar paisajes, juntar miradas, sufrir la huella, sentir la gente, labrar la palabra... Hay que ser uno más y estar 'cuando sientas el alma volarte entre los dedos.'...
Nos hemos quedado sin palabras, insistimos, y sin palabras estamos aunque sigamos hablando a golpe de recuerdos. Y recordamos que Patxi Andión, a sus jóvenes 72 años, estaba lleno de proyectos. Félix Maraña, compañero del alma del cantante y nuestro gran amigo común, nos comentó que Patxi andaba muy ilusionado con unos poemas distintos a lo que había hecho, unos poemas casi vanguardistas, que ya habían formado un libro inédito titulado Después del corazón. Después del corazón, el corazón, no lo duden. Ahora que había vuelto a asomarse a la música -algo que nunca abandonó del todo-, también tenía el proyecto de reeditar aquel primitivo álbum en homenaje a Iparraguirre, el gran poeta y músico vasco del siglo XIX, que Andión publicó en 1973, aún en tiempos difíciles; un disco de 14 canciones, que se cierra con Gernikako arbola. Y había más proyectos, que nos golpean al recordar -aún sin ser conscientes- de que Patxi Andión ya no está entre nosotros.Nota aquí.
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